leche descremada 2.0 (01)

demasiado tarde nos dimos cuenta que no vivíamos dentro de un libro de anagrama. si el todo tiene que tener un comienzo descubrimos demasiado tarde que nuestra historia solo puede empezar por los portazos.

no me importo tanto pegarme la cabeza contra la puerta de hierro, lo que me molesto es que mi cabeza no sangrara para darle un efecto dramático a mi pedido de disculpas. en realidad en el acto de pegarme la cabeza contra la puerta de hierro sabia que ninguna disculpa era válida, de ahí la acción masoquista de querer dejar algún estigma en mi cuerpo. el estigma que dijese: yo intento entenderme, entenderte por eso tengo este tremendo tajo en la frente. pero no pudo ser, no hubo sangre. por ende quede en la puerta del lado de afuera, llorando y rogando porque mi cabeza se abriera en dos y que las lagrimas se mezclasen con sangre para darle un efecto dramático y ella recién ahí se preocupara y en comparación todo resultaría una tontería. entraría a la casa me pondría mertiolathe vencido y hablaríamos de lo tontos que somos. de seguro no cojeriamos esa noche, pero quien te dice quizás la siguiente. pero, la puerta de hierro o era demasiado blanda o mi cabeza demasiado dura, ella se fue con portazo y quise pensar que ojala se muera, pero en ese momento no me salio. ya no sabia si lloraba por la culpa o por el golpe. luego fui por una hamburguesa para pensar en otra cosa, terminado el primer bocado se la regale a un perro con cara de simpático.

soñé que yo decía para mi estas muerta. ella respondía, realmente pensas así. soñé que yo decía que si, que realmente pensaba así. ella decía bueno, bárbaro y agarraba las llaves del auto como para hacer algo. agarro las llaves, miro el auto todo para no dar el brazo a torcer no vaya ser que asuma por una vez que estaba equivocada. yo intentaba convencerme que realmente pensaba así, intentaba sostener mi mascara de: vos para mi estas muerta. intentaba eso y que no se rompiese la bolsa de nylon que contenía 5 kilos de tira de asado.

no hace ni veinte minutos que atravesé la puerta. me vino a buscar hasta la entrada y milagrosamente no estaba apurada por volver adentro. como si fuese algo fuera de lo comun nos abrazamos y besamos en la puerta casi como cualquier pareja normal. pense que por alguna razón hoy quizás los astros estaban de nuestro lado. todo parecía casi como un episodio inédito en nosotros, hasta que entramos en su casa. toda la atmósfera cambio, no hice ningún comentario sobre el olor, ni sobre que para mi gusto debería limpiar mejor el piso. guarde toda opinión personal sobre cualquier cosa que pudiese romper la armonía. sobre la mesa del patio estaban los diarios íntimos de anais nin y ante el mas mínimo comentario inocente su cuerpo se respingo como si fuese un gato. de ahí no pararía de gesticular y hablar a los gritos, encendiendo un phillips tras otro. su voz comenzó a retumbar en mi cabeza con la absurda defensa numero mil a su autora fetiche. no me quedo otra alternativa que repetir un movimiento de cabeza hacia arriba y hacia abajo fingiendo todo el interés del mundo en la misma defensa idiota que ya había escuchado en un mínimo de seis casas más. nunca aprendo la lección, no tengo que hacer comentarios sobre los libros que hay en las bibliotecas. me encuentro diciendo que si, que quizás tengas razón (en el quizás se leía mi ultimo resto de hombría) que si no fuese por la escritura de anais, tal cosa. cuando por dentro pienso que anais fue una burguesiíta aburrida que un día descubrió que tenia clítoris y se puso a joder con la literatura. pero si digo eso quizás se ofenda y quizás ni cojamos. siento que desde los últimos portazos nuestra relación transita el lento camino del conformismo donde se resigna cualquier opinión, cualquier idea propia porque afuera hace frió. podría enumerar los portazos por marcas, por iconos. el inicio del portazo siempre fue inocente. podíamos empezar por sabina, por auster, por drexler, por lo arto que me tiene el culto a la pizarnik, por cuando vas a bajar esa foto de sabato, eso que tenes ahi es una estampita?, que mierda le vieron a almodovar?, que haces con un disco de fito paez?, para que queres un libro de cohelo?, como podes poner un libro de bucay al lado de nietzche como si nada?. el hilo del dialogo devendría con el clásico: vos siempre el mismo y yo y vos te miraste al espejo? y ella hoy estaba tranquila no quiero hablar en estos términos y yo pero si la que empezaste fuiste vos que acaso me tiene que gustar almodovar para que cojamos tranquilos? ella, vos sabes que no es eso es otra cosa. siempre me iba, me fui, me voy sin saber cual es la, para esta altura: gran otra cosa.

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